Tapachula, Chis. (Balance México 13 Julio 2025).-Por años, Tapachula ha padecido un mal crónico: la basura en las calles, ríos y lotes baldíos. No es novedad. Es una escena tan común como lamentable: bolsas negras apiladas en las esquinas, desechos arrojados a los afluentes como si el agua tuviera la obligación de limpiar lo que la conciencia ciudadana no quiere asumir. Y, como cada temporada de lluvias, la historia se repite: inundaciones, pestilencia, enfermedades… y una oleada de quejas en redes sociales.

Muchos aducen que no hay un buen servicio de recolección, sin embargo el trabajo que realizan los recolectores de limpia municipal es de reconocerse. Pero también es verdad que nada justifica, ni remotamente la práctica de arrojar desechos en plena vía pública o esperar que una tormenta se lleve la basura como si fuese solución mágica. ¿Qué clase de lógica sostiene esa acción?
El reciente anuncio del Ayuntamiento de Tapachula sobre sanciones ejemplares para quienes tiren basura en la calle, incluso con la posibilidad de cárcel, ha levantado una oleada de críticas. Algunos gritan “represión”, otros hablan de “excesos”, y no falta quien se indigne… desde la comodidad de su celular, sin haber movido un solo dedo para mejorar su entorno.
Pero, ¿cómo se pretende cambiar una realidad si no se aplica la ley? ¿De qué otra forma podrá entender una parte de la población que la convivencia exige reglas, y que la libertad termina donde comienza el derecho de vivir en una ciudad limpia?
Durante décadas se ha pedido castigo para los que ensucian, y hoy que por fin hay un intento de hacerlo valer, el rechazo brota como si se tratara de una injusticia. Lo que en verdad incomoda no es la sanción: lo que molesta es el espejo.
Tapachula merece mucho más. Merece infraestructura, servicios públicos dignos, calles limpias y ciudadanos comprometidos. Pero nada de eso será posible si la doble moral sigue gobernando el debate. Exigir sin actuar, criticar sin proponer, juzgar sin asumir responsabilidad es parte del problema, no de la solución.
La pregunta es clara y directa: ¿qué estás haciendo tú para que Tapachula esté a la altura de las grandes ciudades?
O de plano seguirás satanizando en las redes sociales y arengando para que se siga a contaminar el ambiente arrojando basura a las calles. Esta clase de protestas no son justificadas, nada cuesta esperar que pase el camión, incluso en algunos puntos los “tricicleros” recolectores a cada rato pasan los las colonias.
El problema de la basura no está en las calles, hoy también en las excusas de malos ciudadanos que se quejan por todo de sus gobernantes.