Por | Cristian Alegría 

Tapachula, Chiapas (Balance México 12 Marzo 2025).– En medio del complejo panorama migratorio que atraviesa la región del Soconusco, la Escuela Pública Rosario Castellanos Figueroa se ha convertido en un ejemplo de inclusión y compromiso social, abriendo sus puertas a niñas, niños y adolescentes migrantes que buscan un espacio para continuar su formación educativa en México.

Julio César González González, director del plantel, destacó que la educación es un derecho fundamental y no un lujo. “Por el simple hecho de que una niña, un niño o un adolescente pise suelo mexicano, tiene derecho a la educación pública en nuestro país. Nosotros trabajamos bajo el principio del interés superior de la niñez, garantizando el acceso y la accesibilidad a la educación”, afirmó.

De acuerdo con González González, en el último año la matrícula escolar ha crecido en un 30% debido al ingreso de estudiantes migrantes provenientes de países como Venezuela, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití y Cuba. “Siempre hemos sido una escuela incluyente y solidaria. Históricamente hemos recibido a niñas y niños guatemaltecos, pero ahora también abrimos las puertas a otras nacionalidades, abrazando su derecho a una educación digna”, señaló.

El director reconoció que atender esta creciente demanda no ha sido sencillo, pues las limitaciones en infraestructura, mobiliario y recursos siguen siendo un obstáculo. “No todas las escuelas cuentan con las condiciones necesarias para brindar una educación de calidad. Nosotros hemos rendido cuentas administrativas y recibido capacitaciones, pero seguimos esperando el apoyo que nos permita fortalecer la atención a toda la población infantil, migrante y local”, expresó.

Uno de los principales retos ha sido enfrentar las barreras lingüísticas. González González explicó que muchos menores llegan hablando idiomas distintos, lo que complica su integración en el aula. “En su travesía, algunas familias quedaron varadas en países como Brasil, por lo que sus hijos hablan portugués, además de francés y otros idiomas. Esto ha sido un desafío para nuestras maestras y maestros, quienes han tenido que actualizarse y apoyarse en herramientas tecnológicas como traductores digitales para facilitar la comunicación y el aprendizaje”, detalló.

Durante el reciente proceso de preinscripción a primer grado, la respuesta fue significativa. Muchos niños migrantes, aunque no cuentan con educación preescolar, respondieron a la convocatoria. Las nacionalidades más predominantes entre los preinscritos fueron Cuba y Haití.

“Nuestro compromiso es claro: garantizar educación sin distinción, sin exclusión, sin segregación. Sabemos que hay retos, pero trabajamos todos los días para que cada niña y cada niño tenga acceso a un derecho que les pertenece”, afirmó González González.

El director también hizo un llamado a las autoridades para reforzar el apoyo a las escuelas que, como Rosario Castellanos Figueroa, enfrentan diariamente los desafíos de la inclusión en un contexto migratorio.

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