Por | Cristian Alegría

Tapachula, Chiapas (Balance México 27 Febrero 2025). – La crisis en el campo mexicano sigue profundizándose, y los productores de maíz y soya en la región de Mazatán y Tapachula no son la excepción. Jorge Arroyo Ruiz, agricultor con años de experiencia, expresó su frustración ante la falta de apoyos gubernamentales y las políticas que han favorecido la importación de granos extranjeros en detrimento de la producción nacional.

“Cuando inició el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, había esperanza. Se nos prometieron precios de garantía y una nueva institución para respaldarnos, pero nada de eso funcionó. Poco a poco nos quitaron los créditos, desaparecieron la Financiera Rural y eliminaron los precios de garantía. Lo que antes nos daba estabilidad, simplemente se esfumó”, lamentó.

Según Arroyo Ruiz, en el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, los productores vendían el maíz a 10 pesos por kilo, un precio que permitía cubrir los costos de producción. Sin embargo, en la actualidad, el sector enfrenta una competencia desigual debido a la apertura del mercado a maíz transgénico importado de Estados Unidos sin aranceles ni impuestos, mientras que los agricultores mexicanos sí deben pagar impuestos por su propia producción.

“Nuestro maíz no tiene precio, aún tenemos grano sin vender y encima tenemos que protegerlo de plagas. La situación es crítica. Hoy sembramos no para ganar, sino para perder”, advirtió.

Además de la crisis económica, Arroyo Ruiz señaló otro problema preocupante: la creciente dependencia del maíz importado y sus efectos en la alimentación de los mexicanos.

“El maíz que estamos consumiendo en la tortilla es transgénico, diseñado originalmente para la alimentación animal. Irónicamente, a nosotros nos prohibieron usar granos transgénicos en la siembra, pero permiten que los importados inunden el mercado y desplacen nuestra producción”, explicó.

Sobre la decisión del gobierno de México de cancelar la importación de maíz transgénico de Estados Unidos, el productor considera que la medida solo funcionará si va acompañada de incentivos reales para los agricultores nacionales.

“Sería algo bueno si se apoya al campo y se genera un valor agregado en la producción. Hay maíces nativos que debemos proteger, pero competir en el mercado sigue siendo complicado si el gobierno no impulsa la producción nacional. La gente ya no quiere sembrar porque no es rentable”, comentó.

Finalmente, Arroyo Ruiz expresó la desesperanza que sienten muchos productores de la región, quienes han pasado de ganar poco a registrar pérdidas constantes.

“Los que seguimos en la producción, lo hacemos casi por amor a la tierra, pero la realidad es que ya no hay ganancia. Hoy, tanto los maiceros como los soyeros estamos perdiendo… y el gobierno simplemente nos ha dejado a la deriva”, concluyó.

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