Por| Redacción ABM
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (Balance México 04 noviembre de 2025).– Dentro del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) de Chiapas se ha encendido una alarma por presuntas irregularidades administrativas, sindicales y actos de corrupción que, según denuncias internas, están afectando el funcionamiento y la imagen de la institución.

Diversas fuentes al interior del sistema señalan que, bajo el amparo del Sindicato Único de Trabajadores Administrativos del CONALEP (SUT CONALEP), un grupo de servidores públicos presuntamente heredados del sexenio anterior habría encontrado en sus cargos una “zona de confort”, sin cumplir cabalmente con sus funciones, pero percibiendo su salario puntualmente cada quincena.
Lo más preocupante, advierten, es la falta de acción del director general del CONALEP Chiapas, Leonardo León, quien habría optado por mantener una postura pasiva frente a los señalamientos, lo que algunos califican como omisión o incluso complicidad.
Esto contrasta con la política de “cero corrupción y cero impunidad” impulsada por el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, lo que hace aún más evidente la contradicción entre el discurso oficial y lo que ocurre dentro del sistema educativo técnico.
Uno de los casos más recientes es el del delegado sindical Carlos Figueroa Frutos, señalado por iniciar una “huelga de brazos caídos” sin causa justificada, lo que habría afectado el desarrollo académico y administrativo del plantel Tapachula.
A esta situación se suma la presencia de Flor del Rosario Cruz Magdaleno, exdirectora del ICATECH en Villaflores durante el gobierno de Rutilio Escandón, quien ahora aparece “reubicada” en el CONALEP Tapachula.
De acuerdo con testimonios internos, su llegada no sería fortuita: se le acusa de confabular con Figueroa Frutos para desestabilizar el plantel y mantener viejas prácticas sindicales ligadas a intereses políticos.
Trascendió que ambos habrían intentado influir en el personal administrativo e incluso en los estudiantes para generar presión interna y conservar cuotas de poder, lo que ha generado malestar entre la comunidad educativa.
Pese a las denuncias, no existen reportes oficiales de sanciones, investigaciones o medidas disciplinarias por parte de la dirección general.
La inacción, apuntan algunos trabajadores, ha permitido que el conflicto crezca y que el desorden administrativo se normalice.
El caso recuerda al del exdirector del Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH), Miguel Prado de los Santos, recientemente destituido tras revelarse prácticas de corrupción y cobros indebidos por parte de su personal de confianza.
Para muchos, ese precedente debería servir como ejemplo en el CONALEP, donde las demandas de transparencia y rendición de cuentas siguen sin respuesta.
Mientras tanto, los conflictos sindicales y la falta de control interno amenazan con minar la misión educativa de la institución, que debería estar centrada en la formación técnica y profesional de los jóvenes chiapanecos, pero que hoy parece atrapada entre la simulación, la impunidad y los intereses personales.


