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Tapachula, Chis. (Balance México 13 Octubre 2025).-El colmo de la simulación institucional en Chiapas tiene nombre y apellido: Horacio Culebro Borrayas, titular de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH). Mientras las denuncias por abuso de autoridad, despidos arbitrarios y corrupción se acumulan, el ombudsman prefiere pasearse por la Ciudad de México tomándose fotos con políticos y presumiendo reuniones “de alto nivel”, como si el cargo le hubiera sido entregado para hacer relaciones públicas y no para defender a las víctimas del abuso del poder.

En la Opinión De—César Solís— Tras Bambalinas—La farsa de los derechos humanos en Chiapas

En Tapachula, donde opera una visitaduría regional, la situación es deplorable. No hay atención, no hay seguimiento y, lo más grave, no hay ni una sola queja registrada de enero a la fecha. Los ciudadanos que acuden en busca de ayuda son regresados con la promesa de que “vuelvan otro día”. En otras palabras, los derechos humanos en Chiapas no se defienden: se posponen.

Diversas organizaciones civiles han denunciado la inoperancia total de esta oficina, y ahora, el tema escaló al Congreso del Estado. La diputada Jovannie Maricela Ibarra Gallardo, líder de la bancada panista, presentó un punto de acuerdo contundente para que Culebro Borrayas comparezca ante el Pleno legislativo en esta semana, a fin de explicar el cúmulo de irregularidades que pesan sobre su gestión.

Las acusaciones son serias: abuso de poder, corrupción, recorte de salarios, despidos injustificados, desvío de recursos y la desaparición de órganos administrativos para concentrar decisiones y aumentar su propio sueldo. Además, la diputada pidió que la Auditoría Superior del Estado investigue a fondo el manejo financiero de la CEDH y que la Fiscalía General del Estado entregue a los legisladores los expedientes penales relacionados con el funcionario.

Mientras tanto, desde la bancada de Morena, la diputada Marcela Castillo urgió la creación del Consejo Consultivo de la CEDH, un órgano ciudadano que lleva meses sin instalarse y que, según ella, permitiría frenar la discrecionalidad, el abuso y la impunidad que hoy imperan en la institución. “Ningún ente público puede estar por encima de la ley ,sentenció.

Está en juego la credibilidad de las instituciones y de quienes defienden la verdad. Y es que la credibilidad es justamente lo que más se ha erosionado bajo el mando de Culebro. El funcionario se muestra en redes sociales celebrando encuentros con figuras políticas como el senador Luis Armando Melgar, a quien llama “ancla importante” en la construcción de un Chiapas digno. Sin embargo, nunca publica los resultados de sus viajes ni los beneficios reales para la defensa de los derechos humanos. Lo suyo parece ser la diplomacia del selfie: muchas fotos, cero acciones.

Las denuncias contra el presidente de la CEDH no son nuevas. Desde su llegada, producto de un dedazo político más que de un proceso meritocrático, las quejas internas por su autoritarismo y sus decisiones unilaterales se multiplicaron. Hoy, los propios empleados del organismo hablan de un clima de represión, censura y miedo.

En Chiapas, donde los derechos humanos deberían ser una trinchera de esperanza frente a la violencia institucional, la CEDH se ha convertido en un cascarón vacío, un refugio para el gasto público sin control y la simulación burocrática.

El llamado del Congreso a que Horacio Culebro rinda cuentas es un primer paso, pero insuficiente si los diputados terminan cediendo ante la presión política o la indiferencia. La sociedad chiapaneca, periodistas, activistas, campesinos, mujeres, comunidades indígenas, necesitan un defensor del pueblo, no un operador de intereses.

Porque mientras los abusos crecen, los pueblos callan y la impunidad se institucionaliza, Horacio Culebro sigue viajando y posando para la foto, con los derechos humanos sepultados bajo el peso de su propio ego.

El Congreso tiene la palabra. Y el pueblo, la memoria.

Nos leemos en la próxima.

Contacto: checha.informa@gmail.com

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