Tapachula, Chis. (Balance México 11 Agosto 2025).- El desabasto de combustible que hoy paraliza al Soconusco y a Tapachula no es un accidente, ni un imprevisto. Es el resultado directo de la ineptitud, la corrupción y el desdén con el que Petróleos Mexicanos (Pemex) y el gobierno federal han tratado históricamente a la frontera sur.

Desde el centro del país, quienes controlan Pemex siguen actuando como si México terminara en Oaxaca. Les da lo mismo que aquí, en Chiapas, las ambulancias no tengan combustible, los bomberos no puedan salir a un incendio, los transportistas estén varados o los agricultores vean pudrirse su producción. Total, para ellos, la frontera sur siempre ha sido un estorbo, no una prioridad.
La causa de este caos es tan indignante como predecible, en la Terminal de Abasto y Reparto (TAR) de Puerto Chiapas, los choferes de pipas están en paro porque Pemex les debe fuertes sumas de dinero. Y mientras esos adeudos no se paguen, no habrá combustible. A esto se suma la protesta de jubilados de la delegación 53, Sección 40 del Sindicato Petrolero, quienes llevan siete meses sin servicio médico porque Pemex tampoco ha pagado al hospital que los atendía.
Los jubilados aclaran que no tienen nada que ver con el desabasto, y tienen razón, la culpa es de una administración petrolera podrida, que promete en spots la soberanía energética pero en la vida real no paga ni a sus proveedores, ni a sus jubilados, ni siquiera respeta la salud de quienes entregaron décadas de trabajo.
Presidenta Claudia Sheinbaum, ¿hasta cuándo esta región seguirá pagando el precio del abandono y la negligencia? Desde el huracán Stan en 2005 no se veían filas así, y en aquel entonces la causa fue una tragedia natural. Hoy es una tragedia administrativa, y lo peor es que a Pemex no le tiembla la mano para mentir, pero sí para incumplir sus obligaciones.
Este no es un problema de “logística” ni de “ajustes operativos”, es una muestra brutal de que la empresa más grande del país está quebrada en lo moral, en lo financiero y en su compromiso con la gente. Y la frontera sur vuelve a ser la víctima de ese colapso.
Pemex es, en teoría, la joya de la corona energética del país. En la práctica, es un elefante herido que sangra de corrupción, deudas y mala gestión. Pero cuando se habla de rescatarlo, el discurso nunca incluye rescatar a las regiones a las que está ahogando. Y eso, Presidenta Sheinbaum es una deuda política y moral que ni usted ni su administración pueden seguir ignorando.
Porque si la frontera sur se paraliza, no solo pierde Chiapas, pierde México entero.
Si el gobierno federal cree que puede seguir ignorando a esta región, que sepa que la paciencia aquí ya está agotada. Porque cuando se acabe el combustible, no será solo la economía la que se detenga, será la tolerancia de un pueblo que está harto de ser tratado como ciudadano de segunda.
Nos leemos en la próxima…
Contacto: checha.informa@gmail.com

