Por| César Solís
Tapachula, Chis. (Balance México 18 Julio 2023).-La conclusión de una etapa laboral en el Instituto Mexicano del Seguro Social es una celebración emotiva, en donde los trabajadores son acompañados por sus familiares, amigos y compañeros; en meses atrás, antes de la llegada de la delegada María Luisa Rodea Pimentel se vivía algarabía, la banda, trovador o mariachi siempre ambientaba estos eventos, sin embargo esta señora giró instrucciones precisas que a las unidades médicas familiares, en la delegación, hospitales y demás ya no debe ingresar el mariachi, ya no quiere ruido la amargada, déspota y prepotente funcionaria, que lejos de venir a cambiar para bien las cosas simplemente han empeorado.
Con certeza señaló lo siguiente, me ha tocado ver las grandes filas que hacen las personas para pasar consulta en la unidad médica familiar número uno, que se ubica en Tapachula dónde se conoce como el hospital viejito. La gente con necesidad busca su consulta, pero tiene que esperar mucho, lo peor es que lo hace en la calle soportando el sol y por ende calor intenso.
También los derechohabientes mencionan que cuándo por fin logran una cita y están en la antesala para pasar a consulta, hay algunos doctores y doctoras que se encierran en sus consultorios. Quiero aclarar que no son todos, en lo personal me ha tocado una excelente atención, sin embargo, es importante comentar lo que el resto de la población reclama o expone.
Ahora bien, en lo que concierne a los problemas que siguen a presentarse en el IMSS, especialmente en el Hospital Nueva Frontera, van desde la falta de materiales básicos, camillas e incluso que cuando llueve se filtra agua por ejemplo en el área de urgencias “observación adulta”.
El hospital Nueva Frontera es una chulada, lo administras una asociación pública privada, pero la Delegada que pareciera únicamente anda de turismo en Chiapas conociendo dónde están sus clínicas y degustando de nuestra variada gastronomía, está descuidando mucho este tipo de situaciones, debería salir de su zona de comodidad cuando llueve para verificar las goteras que caen en el nuevo hospital de Tapachula.
También para que el resto del hospital se llene en su totalidad de las especialidades que se requieren porque a la fecha sigue habiendo espacios vacíos, situación similar a la del centro regional de alta especialidad Ciudad Salud.
Otro tema, también es la comida que se sirve en el Hospital Nueva Frontera, por ejemplo, la semana pasada hubieron quejas de algunos trabajadores del turno de la tarde y noche, debido, a que el pollo que les dieron para comer estaba crudo, estos temas nos dicen, que no es nuevo, pues le han dado alimentos a punto de descomposición.
Ojalá que la maléfica y amargada delegada Rodea Pimentel, en lugar de ponerse “grinch”, prohibiendo los festejos tradicionales por jubilaciones, se ponga a verificar las deficiencias que les menciono. ¿De quién será el taller que da mantenimiento a las ambulancias allá por laureles?, ya estamos indagando.
Nos leemos en la próxima…
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