Tapachula, Chis. (Balance México 08 Septiembre 2025).-La zona arqueológica de Izapa, en la frontera sur de México, debería ser un orgullo nacional, un motor turístico y un santuario cultural. Pero hoy, lo que debería estar bajo resguardo de la nación, yace convertido en un territorio olvidado, saqueado y prácticamente privatizado por comuneros y custodios improvisados. La indiferencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la pasividad del gobierno federal han condenado a Izapa al abandono.

De sus 127 hectáreas, apenas un 3% está abierto al público. El 97% restante duerme bajo tierras ejidales que jamás fueron adquiridas ni expropiadas, a pesar de que durante el sexenio de Vicente Fox se habló de un proyecto para integrar esta riqueza al patrimonio nacional. Como suele suceder en México, todo quedó en palabras, promesas y burocracia, mientras el tiempo y la ambición de unos cuantos hicieron lo suyo: saqueo, destrucción y venta clandestina de piezas.
Hoy, entrar a Izapa no es un derecho ciudadano ni una invitación al conocimiento; es un negocio local. Un portón con candado y un cobro “voluntario” de 50 pesos permiten el acceso a las pirámides. La ley dice que ninguna zona arqueológica puede tener dueños, pero en Chiapas la realidad es otra: el patrimonio cultural de México se negocia como si fuera terreno baldío.
El Consejo Regional Maya Mam ha advertido sobre el saqueo sistemático y la destrucción de montículos. El número 46, por ejemplo, fue literalmente arrasado para construir un fraccionamiento. Más de 50 piezas han desaparecido sin dejar rastro. ¿Dónde están? Seguramente decorando salas privadas o vendidos al mejor postor en el mercado negro del patrimonio histórico.
El silencio del INAH es criminal. Su omisión ha abierto la puerta al saqueo, a la depredación y al uso mercantil de un sitio que debería ser protegido con celo. Y no es sólo una pérdida arqueológica: es la negación de un potencial turístico que podría generar desarrollo económico en una región olvidada, donde todo se concentra en Palenque, San Cristóbal o Comitán.
Izapa necesita una intervención de fondo, un proyecto integral que lo saque de las manos de unos cuantos y lo devuelva a la nación. Si no hay acuerdos con los comuneros, la expropiación es la única salida legal. No se trata de despojar, sino de rescatar lo que pertenece a todos.
Cada piedra que se roba, cada montículo destruido, es una página arrancada de nuestra historia. Y cada día que el INAH y el gobierno callan, se vuelven cómplices del saqueo de uno de los tesoros culturales más valiosos del sur de México.
REFLECTORES
Desde la perla del Soconusco se realizó la mesa de trabajo “Desarrollo Urbano y Polos de Desarrollo en Tapachula”, con la participación de colegios de profesionistas y autoridades, con el objetivo de trazar estrategias conjuntas que fortalezcan la planeación y el crecimiento ordenado de los municipios de la región.
El encuentro contó con la colaboración del Colegio de Ingenieros Civiles de la Costa de Chiapas, el Colegio de Ingenieros Civiles de Tapachula, el Colegio de Arquitectos de Chiapas y el Colegio de Ingenieros Mecánicos Electricistas de la Costa de Chiapas A.C. (CIME Costa A.C.), cuya aportación permitirá impulsar proyectos que beneficien no solo a Tapachula, sino a todo el estado.
En representación del Congreso del Estado, la Diputada presidenta de la Comisión de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Alejandra Gómez Mendoza destacó la importancia de trabajar en unidad para establecer lineamientos que garanticen un desarrollo ordenado y sostenible, orientado no únicamente a resolver problemas cotidianos, sino también a prevenir y enfrentar de manera estratégica los retos futuros.
Nos leemos en la próxima…
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